Duomo es el término italiano que se usa para
referirse al templo cristiano donde tiene sede el obispo, siendo así la iglesia
principal de cada diócesis, conocida en español como Catedral.
En
el caso del Duomo de Firenze: Santa María del Fiore, puedo decir que es
simplemente deslumbrante, una magnífica edificación, que deja sin aliento. Notable
por su cúpula de más de 100 metros de altura y 45 metros de diámetro obra de
Brunelleschi y en su conjunto un increíble símbolo de riqueza y poder de la
capital Toscana. Es uno de los edificios más grandes de la cristiandad, y si a esa
magnífica cúpula se le suman el campanario independiente de 82 metros de altura
obra del Giotto y el baptisterio de San Juan con unas espléndidas puertas en
bronce de Ghiberti, frente a todo esto no puede decirse menos que, lo que uno
encuentra es una verdadera joya arquitectónica y artística, una enciclopedia
tallada en mármol, piedra, madera, metal y vestida con esculturas majestuosas
engarzadas en los más recónditos lugares.
Fue
levantada a fines del siglo XIII. La
próspera Florencia quería superar la magnificencia de sus rivales toscanas:
Pisa y Siena, con una iglesia majestuosa, sobresaliente en tamaño y adornada
más opulentamente en el exterior. Santa
Maria del Fiore, cuando se terminó, resultó ser la más grande de Europa, con
capacidad para aproximadamente 30.000 personas. En la actualidad sólo es
superada, en tamaño, por la Basílica de San Pedro en el Vaticano, la Catedral
de San Pablo en Londres, la Catedral de Sevilla y la Catedral de Milán.